La bandera ubicada en el Cerro Ancón, debido a su estructura y a su peso, requiere de condiciones específicas para poderla subir o bajar. Al estar expuesta a los fuertes vientos y a la lluvia, es imposible moverla con el motor cuando esta mojada o hay una fuerte brisa, como sucedió este fin de semana, explicó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Por esta situación, lamentablemente habrá momentos en que la bandera se pueda ver rasgada, pero no se puede bajar hasta que no tenga la textura apropiada para que su peso no haga difícil la tarea de reemplazarla y se produzcan accidentes.
Nunca se espera que una bandera se rompa para reemplazarla, y ya en este momento se cuentan con unas 14 banderas de reemplazo, algunas de las cuales han sido objeto de reparaciones para alargar su vida útil.
El área de la bandera es una instalación que mantiene permanentemente una vigilancia para asegurarse de que se encuentre en perfecto estado. Las características particulares de la bandera son muy especiales, en su tamaño, peso, estructura y está elevada en una hasta que mantiene un pedestal que requiere también de mantenimiento constante.
Si bien es cierto que el MEF cedió al Ministerio de Ambiente la responsabilidad del Cerro Ancón y de lo que allí se encuentra, incluyendo el pedestal y la bandera nacional que ondea permanentemente en la cima, la complejidad que representa asumir esa tarea es ardua, ya que se involucran recursos económicos, asignaciones presupuestarias, personal entrenado para las diferentes tareas que tienen que ver desde el mantenimiento de las áreas verdes, la limpieza, las infraestructuras, las conexiones eléctricas y la parte ambiental del Cerro Ancón.
Responsablemente el Ministerio de Ambiente, ya le solicitó al ministro del MEF, Héctor Alexander, la apropiación necesaria para que se le puedan entregar un número plural de banderas para reemplazar las que se deterioren producto de las inclemencias de clima.